Se estima que en el mundo cada día se
pierden 10.000 maletas. Esto significa el 0.01% del tráfico de maletas en
avión. La mayoría de ellas se acaban recuperando (alrededor de un 90%) pero aún
así es una experiencia muy molesta para el viajero.
El proceso de transporte de maletas sigue unos procedimientos muy manuales: las cintas transportadoras llevan las maletas al hipódoromo donde son manipuladas por los operarios, normalmente de terceras empresas subcontratadas, para distribuirlas entre los diferentes vuelos. Allí se mezclan maletas con diferentes destinos y algunas de ellas sufren esperas para embarcar. La posibilidad de error es alta, así como la posibilidad de deterioro ya sea por el almacenamiento o la manipulación.
El viajero puede adoptar una seria de precauciones ante de iniciar su vuelo y, si no son suficientes y se produce una incidencia, puede hacer una reclamación con derecho a indemnización.
El proceso de transporte de maletas sigue unos procedimientos muy manuales: las cintas transportadoras llevan las maletas al hipódoromo donde son manipuladas por los operarios, normalmente de terceras empresas subcontratadas, para distribuirlas entre los diferentes vuelos. Allí se mezclan maletas con diferentes destinos y algunas de ellas sufren esperas para embarcar. La posibilidad de error es alta, así como la posibilidad de deterioro ya sea por el almacenamiento o la manipulación.
El viajero puede adoptar una seria de precauciones ante de iniciar su vuelo y, si no son suficientes y se produce una incidencia, puede hacer una reclamación con derecho a indemnización.
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